19 abril, 2024
Cultura

Concierto de Otoño

Ciclo de música antigua

En el marco del VII Ciclo de Conciertos de Música Antigua, se presentará el domingo 9 de junio los intérpretes Mercedes Robledo, soprano; Adrián Gustavo Dvoracek, viola barroca; e Iyo Yoshimi, clave, conforman Dolce Sfida, conjunto de músicos formados en Europa, actualmente radicados en Santa Fé, Argentina.

Interpretarán un atractivo programa integrado por arias de cantatas y óperas, sonatas y piezas de música de cámara de Monteverdi, Lambert, Eccles y Vivaldi,

La actividad cultural está incluida en la entrada del museo ($ 50).

Javier Gelati, coordinador del ciclo , nos comenta que la vocación por la música antigua surgió de a poco, cuando empezó a descubrir que podía tocarse de otra manera y con otros instrumentos, cercanos a los de las épocas en las que surgieron esos sonidos. “Cuando decimos me gusta la ‘música clásica’ en general nos referimos a música que puede abarcar desde el barroco hasta incluso algunas obras escritas en el siglo XX. Cuando hablamos de música ‘antigua’, por lo general estamos hablando de una muy amplia gama que va desde la Edad Media hasta Mozart o Haydn”, diferencia Gelati.

El artista aclara que, más que hablar de épocas, quienes se especializan en “música antigua” se orientan hacia una forma de interpretación con criterios históricos e instrumentos de época, de la mano de un movimiento que se generó a mediados del siglo XX y que se propuso revisar y renovar la interpretación de música de la Edad Media, Renacimiento y Barroco. En la actualidad se interpreta hasta el período llamado romántico (Beethoven, Brahms y otros). “Hay una enorme cantidad de música escrita en el período que llamamos barroco. Si bien se generó en Europa, se difundió por toda América. Es una de nuestras preferencias”, se entusiasma Gelati.

Violín, laúd, flauta, oboe, clave y violonchelo son los instrumentos que más utilizan los músicos en sus presentaciones. “El criterio es basarse en las partituras originales, sin agregados, pero sabemos que los intérpretes de esas épocas disponían de cierta libertad para ornamentar y hacer variaciones. Lo importante es que esa libertad al tocar no sea al azar y para eso nos basamos en documentos históricos, que nos dan muchas pautas para que haya una coherencia con el estilo. Esto redunda en belleza”, afirma el músico.

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