El consultor financiero Daniel Ehnes, analizó el nuevo escenario económico y político tras el acuerdo rubricado entre el Gobierno de Alberto Fernández y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En diálogo con El Diario, explicó que «el anticipo del acuerdo sorprendió a extraños y propios ya que se adelantó a la fecha límite del 22 de marzo, y para la economía de las personas comunes despeja incertidumbre, algunas tensiones cambiarias y financieras que estaban azotando al mercado».
Sin «efecto inmediato»
Asimismo, Ehnes planteó que «básicamente, no haber acordado hubiera sido complejo para las economías y finanzas personales por saltos en el tipo de cambio, mucha volatilidad en los mercados, suba de la tasa de interés; y si bien esto no tendrá un efecto inmediato en la microeconomía de la gente, despeja nubarrones y resulta beneficioso».
«No debería demorar en el Congreso»
Ahora, el documento deberá ser evaluado por el Congreso según la normativa actual: «Recordemos que el acuerdo con el Fondo es sobre una deuda que no usufructuó esta gestión sino la anterior, y que básicamente se fue hacia fuga (de capitales) y algunos compromisos de pago de deuda privada. Entonces, sería muy irresponsable por parte de la oposición ‘bombardear’ este tipo de entendimiento, sería como si los que incendiaron se quejaran de los bomberos que están apagando el incendio. Si hay una oposición coherente y responsable no debería demorar», expreso.
«Trámite legislativo»
«Sin embargo», continuó el especialista, «el haber boicoteado el Presupuesto (Nacional) el año pasado y no haberlo aprobado, más allá de las justificaciones que tuvo la oposición para no acompañarlo, es un anticipo de un estado beligerante de esta última con el Gobierno, intentando socavar un poco más la imagen del mismo; por eso hay que estar atentos a la responsabilidad que se le pide a la oposición para aprobar y acompañar el acuerdo, que debería ser un trámite legislativo aunque seguramente haya mucho ruido sobre esto».
El «ajuste» lo aplicaría «otra gestión»
Por último, Ehnes advirtió que «las metas que fija el Gobierno en la Carta de Intención se proponen como un ‘no ajuste’ y una apuesta al crecimiento del país, en parte lo es ya que sí tendrán que ajustar el gasto público del país en algunas cuentas, y la oposición va a hacer gala de eso, aunque el ajuste más grande, según el documento, vendrá en 2024 y 2025, correspondiente a otra eventual gestión» y concluyó que «es algo que sorprendió, ya que todos los economistas del mercado apuntaban a llegar con ‘la lengua afuera’ el 22 de marzo, y esto se anticipó: es un punto muy importante para el ministro de Economía, Martín Guzmán, y deja sin argumentos a una oposición que los buscará para ‘bombardear’ este acuerdo, el cual pienso que en definitiva lo terminará aprobando».
